Sam Altman compara la IA con la creación de la bomba atómica EL ejecutivo comparó la IA con el Proyecto Manhattan, pero cree que las redes sociales son más peligrosas.
Key Takeaways
- El CEO de OpenAI advierte que desarrollar inteligencia artificial se parece a construir una bomba atómica: una carrera incierta con riesgos globales.

Sam Altman, CEO y cofundador de OpenAI, comparó el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) con el trabajo de los científicos del Proyecto Manhattan, que en 1945 crearon la primera bomba atómica.
El empresario reflexionó sobre los riesgos inherentes a la IA y destacó cómo, en su opinión, las redes sociales representan una amenaza inmediata.
"Hay momentos en la historia de la ciencia donde tienes un grupo de científicos que miran su creación y simplemente dicen: '¿qué hemos hecho?'", comentó durante su participación en el podcast de Theo Von, This Past Weekend.
El CEO de OpenAI comparó el trabajo del equipo de OpenAI con el de los científicos del Proyecto Manhattan, que observaban los efectos devastadores de su invención después de la prueba Trinity en 1945. Para Altman, esta comparación no significa que la IA sea peligrosa, sino que los avances tecnológicos siempre llevan consigo incertidumbre sobre sus consecuencias.
¿La verdadera preocupación para Sam Altman? Las redes sociales
Aunque Altman no desestimó los riesgos de la IA, dejó claro que su preocupación más urgente está en otro ámbito: las redes sociales.
"Creo que este scrolling, este tipo de pico de dopamina que producen los videos cortos, se siente como que probablemente está interfiriendo con el desarrollo cerebral de los niños de manera muy profunda", dijo
Según el CEO de OpenAI, el impacto psicológico de las plataformas sociales podría ser mucho más dañino a corto plazo que los posibles efectos negativos de la inteligencia artificial.
Altman explicó que la naturaleza adictiva de estas plataformas puede reconfigurar el cerebro de los menores y, de esa manera, crear una adicción a la gratificación inmediata que podría tener efectos duraderos en su bienestar psicológico y desarrollo cognitivo.
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La IA: una carrera hacia un destino incierto
El líder de OpenAI también reflexionó sobre el estado actual de la IA, al describir la competencia como una "carrera" hacia un destino incierto.
"Creo que hay una carrera para llegar a algún lugar, pero la gente no se pone de acuerdo sobre hacia dónde es", afirmó.
La falta de una visión clara de hacia dónde se dirige la tecnología y el sector en general, según Altman, refleja la naturaleza emergente y cambiante de la inteligencia artificial, donde cada paso genera dudas.
El CEO destacó la carencia de una "línea de meta" en el proceso de desarrollo de la IA, lo que pone de manifiesto la falta de consenso en cuanto a los límites o el objetivo final de esta tecnología: "No tengo una línea de meta en mente. No hay nada que pueda decir sobre eso. No creo que pueda articular nada donde diría: 'esto es misión cumplida'".
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