Esta trampa común en la toma de decisiones está frenando tu negocio. Así puedes evitarla Caer por defecto en "la mejor de dos opciones" es una trampa binaria. Mejora tus resultados empresariales cambiando tu esquema de blanco o negro por un enfoque de "opción múltiple".
Por C. Lee Smith
Key Takeaways
- La mayoría de las decisiones empresariales se presentan como elecciones de tipo “esto o aquello”, pero ese enfoque te hace perder oportunidades.
- Sustituye el pensamiento binario por un enfoque de “opción múltiple”. Reformula las decisiones como si fueran preguntas con varias opciones (Opción A, Opción B, ambas A y B, u otra).
- Para aplicar este enfoque, debes cuestionar supuestos, tomarte el tiempo para generar al menos una opción más, fomentar la participación del equipo y probar algunas ideas a pequeña escala antes de comprometerte.
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Los emprendedores se enfrentan a la toma de múltiples decisiones cada día, a veces docenas antes de la hora de la comida, y con frecuencia quienes presentan las posibles soluciones creen estar ayudando al simplificarlas en dos opciones: "esto o aquello".
Una de mis empleadas y yo solemos bromear al respecto. Ella pregunta: "¿Prefieres X o Y?", y yo siempre respondo: "Hay más opciones que esas" o "¿Por qué no ambas?".
Esta simple interacción ilustra cómo puedes mejorar los resultados sustituyendo el pensamiento binario por lo que llamo pensamiento de opción múltiple.
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La trampa de limitar tus opciones
Vivimos en un mundo que asume que queremos opciones simples: ¿Coca o Pepsi?, ¿PC o Mac?, ¿Republicano o Demócrata? Y, siendo honestos, ¿quién podría culparnos por preferir opciones limitadas?
El consumidor promedio en Estados Unidos toma alrededor de 35,000 decisiones al día. En teoría, reducir las opciones debería hacer las cosas más simples. Pero en el mundo de los negocios, limitarse por defecto a dos alternativas es caer en una "trampa binaria".
Pensar en términos de "esto o aquello" puede ser conveniente, pero rara vez lleva a la mejor solución. Si nos limitamos a solo dos opciones, dejamos pasar soluciones creativas y oportunidades de crecimiento.
El poder del "y" y del "¿qué más?"
Las decisiones empresariales no son preguntas de verdadero o falso, son más parecidas a preguntas de opción múltiple. Así que la próxima vez que te enfrentes a una decisión importante, reformula así las posibles soluciones:
¿Qué opción te acerca al resultado que deseas?
A. Una opción
B. Otra opción
C. Ambas A y B (por ejemplo, un auto híbrido no es solo a gasolina ni solo eléctrico)
D. Otra, por favor especifica
En esa última opción, "por favor especifica", resulta clave. El objetivo es obligarte a considerar al menos una alternativa más, incluso si suena poco convencional. Claro que, tampoco se trata de abrumarte: el exceso de opciones puede llevar a la parálisis, especialmente a personas muy analíticas.
Importante: "Otra" no significa "ninguna de las anteriores". En un mundo que se mueve tan rápido, quedarse inmóvil rara vez es buena idea. El statu quo casi siempre refleja la preferencia de alguien más, no una solución real a tu problema.
Además de ayudarte a tomar mejores decisiones, pensar en términos de opción múltiple reduce el riesgo de arrepentimiento. Y si es una decisión en equipo, aumentas el compromiso y el sentido de pertenencia.
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Ejemplos reales
Este enfoque puede aplicarse a cualquier área del negocio:
- Proveedores: No esperes a que un problema en la cadena de suministro te obligue a actuar. Más allá de elegir entre proveedores locales o extranjeros, piensa en cooperativas, abastecimiento directo o marketplaces digitales.
- Marketing: Cuando un proveedor te ofrezca algo, no te conformes con lo que intenta vender. Pregunta cómo podría trabajar en conjunto, alianzas, eventos o programas de referidos. Propón algo que realmente te convenga.
- Lugar de trabajo: El debate entre trabajo remoto y presencial es una clásica trampa binaria. Puedes optar por un esquema mixto que se adapte a las necesidades del equipo. Por ejemplo, quienes deben colaborar estrechamente pueden ir a la oficina, mientras otros trabajan desde casa.
Mi experiencia más reciente con el enfoque de opción múltiple surgió cuando estábamos entrevistando candidatos para una vacante. El equipo me presentó dos finalistas:
El primero tenía un perfil sólido en el papel y encajaba bien con el estilo de liderazgo de su futuro jefe. Pero durante la entrevista, quedó claro que no tenía la experiencia que necesitábamos.
El segundo tenía la experiencia necesaria, pero no parecía encajar del todo con nuestra cultura.
Muchos habrían elegido al más adecuado culturalmente o al más experimentado. Pero nosotros no nos decidíamos entre la Opción A y la Opción B. Ambos querían trabajo de tiempo completo y con prestaciones, y no teníamos presupuesto para contratar a los dos. Así que la Opción C quedó descartada.
Como ya he aprendido por las malas a no conformarme en contrataciones importantes, buscamos una Opción D.
Exploramos otras ideas: traer más candidatos, recurrir a contratistas, ofrecer prácticas profesionales o incluso usar inteligencia artificial para automatizar parte del trabajo. Al final, redescubrimos a un candidato que habíamos pasado por alto. Reescribimos la vacante en función de sus fortalezas, lo cual también resolvió otro problema. Fue la mejor decisión posible.
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Recomendaciones prácticas para dueños de negocios
Así es como puedes aplicar, a tu favor, el enfoque de opción múltiple:
- Cuestiona los supuestos: Si notas que estás eligiendo entre un par de caminos, pregúntate: "¿Por qué solo tengo estas dos opciones?"
- No te dejes llevar por la urgencia: Tómate el tiempo para pensar al menos en una opción más. Es mejor tomar la mejor decisión que la más rápida.
- Invita a tu equipo a participar: Pregunta "¿qué más podríamos hacer?". Te sorprenderás con las ideas que surgen.
- Haz pruebas a pequeña escala: Si una nueva idea parece arriesgada, pruébala con un piloto antes de implementarla de forma definitiva.
Tu misión es tomar la mejor decisión con la información disponible y seguir adelante. Una vez tomada, se termina el debate. El equipo debe alinearse y ejecutar.
Así que la próxima vez que alguien te diga: "¿Quieres esto o aquello?", no caigas en la trampa. Casi siempre hay una tercera —o cuarta— opción. En los negocios, el mejor camino muchas veces es el que aún nadie ha visto.
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