10 consejos de liderazgo que se ven bien en LinkedIn, pero no sirven en la vida real Aquí tienes 10 mitos sobre liderazgo que en la teoría suenan muy bien, pero que en la práctica no funcionan. También te damos algunos consejos que sí deberías seguir.
Por Hope Horner
Key Takeaways
- Muchos de los consejos de liderazgo que escuchamos parecen razonables y creíbles, pero en la práctica son poco realistas.
- Con frecuencia nos dicen que liderar es inspirar, tener visión estratégica, ser emocionalmente inteligentes y estar siempre disponibles. Sin embargo, en la realidad, el liderazgo rara vez es así.
- El liderazgo real suele ser discreto, a veces incómodo y en ocasiones solitario. Pero cuando se ejerce con congruencia, convicción y sentido de responsabilidad, funciona.
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Consejos sobre liderazgo encuentras por todas partes, pero muchos de ellos no son acertados. Las ideas más peligrosas no son necesariamente las que suenan extremas o anticuadas, son las que parecen razonables. Las que se comparten en presentaciones de equipo, libros de liderazgo y publicaciones en LinkedIn que resultan lo bastante razonables como para aceptarlas sin cuestionar.
Aquí te presento diez mitos sobre liderazgo que suenan bien en papel, pero no funcionan en la práctica, y algunas cosas que deberías tener en cuenta.
Mito #1: El equilibrio es la meta
Nos dicen que un gran liderazgo implica encontrar el equilibrio entre trabajo y vida personal, entre visión y ejecución, entre estar presente y proteger tu tiempo. Pero el liderazgo real rara vez es tan bonito como suena.
Realidad: Los grandes líderes hacen sacrificios
Liderar requiere de un enfoque sostenido en una dirección. Implica renuncias, salir de la rutina y momentos en los que el equilibrio personal se sacrifica por la responsabilidad profesional.
Eso no es un fracaso, es parte del rol. Los líderes que más crecen son quienes saben cuándo dar más de sí mismos, aunque resulte incómodo, y cómo recuperarse después.
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Mito #2: Contrata a personas más inteligentes que tú
Este consejo suena noble y con autoconciencia, pero sin contexto puede ser confuso. La inteligencia por sí sola no garantiza congruencia, confianza ni ejecución.
Realidad: Contrata a personas que complementen tus puntos débiles
Los equipos fuertes se construyen con intención. Eso significa contratar a quienes complementan tus habilidades, operan con autonomía y entienden la misión lo suficiente como para tomar buenas decisiones sin supervisión constante. La inteligencia importa, pero solo si viene acompañada de responsabilidad y propósito compartido.
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Mito #3: La cultura lo es todo
Una cultura sólida es valiosa, pero no garantiza buenos resultados. A veces, una "gran cultura" se convierte en un pretexto para justificar un mal desempeño o evitar conversaciones difíciles.
Realidad: Sin desempeño, la cultura no es un negocio
Las culturas significativas son aquellas donde la gente siente pertenencia y, eso se refuerza con el orgullo que tienen por su trabajo. Sin resultados, una gran cultura es más un club social que una empresa.
Mito #4: Los grandes líderes establecen la visión
Tener una visión clara es parte vital del liderazgo, pero muchas veces se idealiza. Crear una visión inspiradora es fácil, cumplirla es mucho más difícil.
Realidad: La visión solo importa si se lleva a cabo
El liderazgo se mide por lo que pasa después de establecer la visión. La capacidad de tomar decisiones difíciles, enfrentar obstáculos y seguir avanzando, especialmente cuando el entusiasmo se disipa, es lo que distingue a los líderes aspiracionales de los efectivos.
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Mito #5: Defiende tu agenda a toda costa
Gestionar el tiempo es importante, pero manejar tu agenda como algo sagrado puede volverte inaccesible para las personas que más necesitan de tu liderazgo.
Realidad: Estar disponible cuando importa, no solo cuando es conveniente
El trabajo de liderazgo no se da siempre con cita previa. Aparece con preguntas urgentes, obstáculos inesperados y momentos en que tu equipo necesita claridad o apoyo. Bloquear espacios en tu agenda puede ser útil, pero déjalo de lado cuando tu equipo realmente te necesite.
Mito #6: Lidera con empatía
La empatía es esencial. Pero cuando se convierte en una excusa para evitar conflictos o suavizar verdades difíciles, deja de ser útil.
Realidad: Lidera con claridad
Lo más considerado que puede hacer un líder es establecer expectativas claras, dar retroalimentación honesta y trazar una ruta bien pensada. La empatía sin estructura genera confusión; la empatía con límites permite crecer.
Mito #7: La confianza es la clave
La confianza suele considerarse como un requisito para liderar. Pero en exceso, especialmente cuando es pura fachada, puede ser perjudicial.
Realidad: La convicción pesa más que la confianza
La confianza puede tambalearse en momentos de duda. La convicción, en cambio, se basa en valores, prioridades y en la disposición de asumir la responsabilidad. Te permite avanzar incluso cuando te sientes inseguro.
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Mito #8: Lidera con el ejemplo
Liderar con el ejemplo se considera la regla de oro, pero solo sirve hasta cierto punto. Llegar temprano y trabajar duro está bien, pero ese esfuerzo simbólico no siempre se contagia.
Realidad: Lidera con diseño
Un liderazgo sólido se basa en diseñar sistemas, normas y procesos que reflejen tus valores, para que tu impacto continúe, incluso cuando no estás presente.
Mito #9: La transparencia genera confianza
La comunicación abierta es importante, pero compartir en exceso en nombre de la transparencia puede generar más ansiedad que armonía.
Realidad: La comunicación constante genera confianza
La confianza proviene de la congruencia, no de revelarlo todo. Cuando los líderes establecen expectativas claras, se mantienen firmes bajo presión y comunican con intención, los equipos se sienten más seguros, incluso si no están al tanto de cada detalle interno.
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Mito #10: El liderazgo se trata de influencia
La influencia puede ser atractiva y seductora. Pero tener seguidores, dar conferencias y aparecer en la prensa no te convierten en líder.
Realidad: La influencia es un beneficio, pero la responsabilidad es el objetivo.
La influencia puede ser consecuencia de un liderazgo fuerte, pero no es el objetivo. La misión es asumir la responsabilidad, contigo mismo y con tu equipo, incluso cuando nadie te está mirando.
Olvídate del glamour del liderazgo
Los mitos más persistentes son los que se ven bien desde fuera. Nos dicen que liderar es inspirar, ser estratégico, emocionalmente inteligente y estar siempre disponible, pero en la realidad no es tan deslumbrante.
Es un trabajo discreto, a veces incómodo, en ocasiones solitario y casi siempre lleno de sacrificios que no aparecen en la descripción del puesto.
Pero cuando se hace con congruencia, convicción y sentido de responsabilidad, funciona. No porque sea perfecto, sino porque es real.
Olvídate de la versión idealizada del liderazgo. Mientras antes lo hagas, antes podrás construir algo mucho más sostenible y efectivo.